Después de casi 13 horas de viaje, ayer a las 14:50 hora japonesa llegamos a Narita y tras pasar los pertinentes controles de inmigración (que por cierto son bastante exhaustivos) nos dirigimos a coger el limousine bus, como teníamos planeado. La verdad que es todo bastante intuitivo y aunque la mayoría de las indicaciones en el aeropuerto están en japonés (algunas en inglés también) no tienes pérdida. Mi aita estaba seguro de que nos íbamos a perder, pero no fue así...
El día nos deparó dos sorpresas; la primera fué encontrar en el avión a Miren, una azafata que era de Irún trabajando para ANA, la aerolínea japonesa en la que viajábamos. Y digo sorpresa porque todas las azafatas del avión eran japonesas, de echo creo que en el avión viajábamos solo cinco occidentales más.(Este tipo de aerolíneas niponas contrata a la mayoría de su tripulación de japón). Nos trató como a "reyes" y estuvimos muy entretenidos todo el viaje charlando con ella.
La segunda sorpresa fuè el reencuentro con Suichi que nos estaba esperando en el hotel ya bastante preocupado porque pensaba que íbamos a llegar antes.... Y aunque de sorpresa quizás tiene poco, ya que sabíamos que nos esperaba en el hotel, el reencuentro siempre es sorprendente cuando estás a tantos kilómetros de tu casa en un país tan extraño.
La segunda sorpresa fuè el reencuentro con Suichi que nos estaba esperando en el hotel ya bastante preocupado porque pensaba que íbamos a llegar antes.... Y aunque de sorpresa quizás tiene poco, ya que sabíamos que nos esperaba en el hotel, el reencuentro siempre es sorprendente cuando estás a tantos kilómetros de tu casa en un país tan extraño.
Nos encontramos en Shinagawa, el lugar de nacimiento de la empresa Sony y uno de los lugares con màs hoteles por metro cuadrado de Tokyo; mañana os contaré el Izakaya donde Suichi nos llevó a cenar: El "tengu".
La verdad que de chuparse los dedos...
La verdad que de chuparse los dedos...
Nacho perdido en Frankfurt
Nacho con Miren
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